23 de abril de 2007

Carta a la Comunidad CVX Ecuador

Ante la coyuntura política que vive nuestro país y ante la urgente necesidad de buscar mecanismos que faciliten la construcción del Ecuador que queremos nos permitimos compartir con ustedes la siguiente reflexión.
Quienes formamos la CVX del Ecuador no podemos abstraernos del momento político que vive el país. Nuestra vocación cristiana nos exige que participemos activamente en la construcción de una sociedad mejor. En efecto, dice la Congregación para la Doctrina de la Fe que “la vida en un sistema político democrático no podría desarrollarse provechosamente sin la activa, responsable y generosa participación de todos, si bien con diversidad y complementariedad de formas, niveles, tareas y responsabilidades”[1]. Por esto el Papa Juan Pablo II enseña claramente que “los fieles laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la política; es decir, en la multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común”[2].
Además, nuestros Principios Generales y Nuestro Carisma exigen de nosotros acciones concretas que logren la justicia social con una opción preferencial por los más pobres[3], siendo la participación política, en sus diversas formas, una opción a ser seriamente considerada en las actuales circunstancias.
Ante las diversas inquietudes y requerimientos de los miembros de la CVX – Ecuador, el Consejo Ejecutivo Nacional exhorta a una participación activa en esta búsqueda, lo que ciertamente implica que cada cevequiano y cevequiana discierna la forma específica de participación en la vida social y política del país. Debemos tener en cuenta que esta opción deberá considerar el respeto al pluralismo de nuestra asociación, la búsqueda de la verdad en diálogo abierto y sincero, y un rechazo frontal a la indiferencia y a la inacción.
La CVX como institución no puede pronunciarse exclusivamente por una postura determinada, sino por el ejercicio verdadero de la participación ciudadana y el compromiso evangélico. Pero anima a sus miembros a encontrar su particular vocación política, y en ella constituirse en agentes transformadores de una sociedad más justa. Pedimos que cada comunidad local acompañe los procesos de cada uno de sus miembros y les brinde el respaldo que el discernimiento podrá determinar.

[1] Congregación de la Doctrina de la Fe, Conducta y compromiso de los católicos en la vida política, Quito, Ediciones Conferencia Episcopal del Ecuador, p. 8.
[2] Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Christifidelis laici, n. 42.
[3] Cfr. Nuestro Carisma CVX nn. 91-92.

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