(Colaboración de Felipe Álvarez, CVX en Chile)
Cada año el proceso formativo que propone la CVX Secundaria en Chile finaliza con una experiencia de misiones. La actividad se realizó entre el 20 y 30 de Enero, reuniendo jóvenes de Santiago, Concepción, Osorno y Puerto Montt. En esta oportunidad, las misiones se realizaron en las islas pertenecientes al archipiélago de Chiloé, acompañando a las comunidades más extremas de país. Para ahondar más, dos jóvenes nos relatan sus vivencias.
Misión en Chaulinec (“La Villa”) por Valentina
Ibáñez
“Siempre he pensado que a las experiencias más
vale ir como un lienzo en blanco, sin juicios anticipados, para dejarse pintar
y, si uno tiene suerte, volver lleno de color. Sin embargo, luego aquello se
volvió difícil pues tendría que hacer cosas que no había imaginado (…)
A pesar del choque inicial, la belleza de la isla nos llenaba y el amor en la cuadrilla crecía mientras compartíamos nuestras vidas (…) Lo que más nos unió fueron los talleres para niños que nunca superaron los 10 pequeños, pero nos significó hacer de los bailes más ridículos y cantar las canciones más entretenidas, a veces con más energía que los niños. Así encontramos la cara más linda de la isla en Panchito (nuestro guitarrista) y en la familia Barría. En esta última,
la Bisabuela Olga Teresa se manejaba perfecto con las cosas de la casa, del
huerto y los animales, diariamente subía y bajaba una colina sin problemas, y
es que de ella brotaba vida. Su nieta Marisol, fue una madre para nosotros
invitándonos más de alguna vez a compartir la mesa.
Pero también existieron momentos de desolación,
donde no pude sentir el amor profundo que surge cuando dos personas se
encuentran y se entregan. Comprendí luego que uno no siempre se va a encontrar con
lo que esperaba, pero que debía atesorar cuando si lo hacía y sé que es en la
casa de los misioneros, con las siete personas con la que viví, donde estaba
más presente. También observamos la injusticia del olvido que viven muchas comunidades
que no desean la llegada de las grandes industrias y la delincuencia que abunda
en los medios (…). La misma gente sabía lo que necesitaba.
A pesar de ser de dos culturas sumamente
diferentes, donde la vida y la muerte se viven y piensan distinto, es posible
un encuentro. Y pude verlo en tantas familias que nos acogieron con un cariño
que nos trascendía (…). La experiencia de estar en Chaulinec cambió, quizás no
mi vida, pero si mi perspectiva sobre ella, y sobre lo que sería de mi año.
Ahora tengo mejores amigos de otras regiones de Chile que pensé que nunca
tendría, la Vicky, el Chispa, la Cami, la Kathi, el Pato, el Pipe y el Xavi son
personas únicas, que aportaron para la casi perfecta sinfonía en la misión. Es
imposible decir todo lo que quisiera, pero puedo decir que volví a mi casa con
el corazón lleno de vida y color, pensando que podría vivir para siempre en
experiencias así, y que dar gracias no basta nunca si no cambia un poquito la
vida de uno después, si no se busca
hacer siempre las cosas por amor”.
Misión en Quenac por Felipe Sotomayor
“Cuando
vas a una isla es muy probable que todos en ella se conozcan y por lo mismo me
sorprendió como la gente me diera la confianza de entrar a sus casas siendo
completos extraños.
Historias de vida, del tiempo y del invierno, y tantas otras preguntas que uno cree
pequeñas, abren una conversación que deja ver el alma de quienes te van
contando poco a poco lo más importante de sus vidas. Personas, hombres y
mujeres de fe, que confían en Dios por sobre todo, y que se emocionan hasta las lágrimas por esa
“visita inesperada”. Probablemente varios no esperaban que una pareja/trío de
misioneros/as gritara “aló” afuera de su casa y les ofreciera un momento de oración.
Me siento con el deber de dar las gracias a
toda esa gente de Quenac que me llenó de una ensalada de emociones durante esta
semana. Darle las gracias a la cuadrilla que me acompañó, a la Eli, nuestra
asesora, por su motivación y felicidad. A la CVX por crear estas experiencias y
seguir formando jóvenes dispuestos a servir y llevar la palabra a los rincones
más alejados del mundo, lugares donde más lo necesitan. Y a Dios, que de alguna
forma me puso en este camino, que me lleva a conocer más gente movida por este
espíritu de entrega, y que no me va a sacar más de esta senda de justicia por
los demás”
“Felices
los que buscan verdad, los que luchan por dar a cada hombre dignidad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario